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    Nota introductoria: La existencia de Dios es un tema muy controversial para algunos, y una de las preguntas formuladas con mayor frecuencia es ¿Quién creó a Dios? Lo cual es objeto de acaloradas discusiones y a la vez de reflexión durante siglos. A través de La manera más sencilla de conocer a Dios explorarás cómo podemos conocerle de una manera práctica, simple, comprensible y clara. Descubrirás cómo establecer una conexión personal con Él y experimentarás su presencia permanente en tu vida diaria. Te presentamos los siguientes  pasos para conocer a Dios. 

    La Manera Más Sencilla de Conocer a Dios


    Algunas personas dicen conocer muy bien a otras, conocen desde su manera de pensar hasta el último detalle.

    De hecho muchas personas sabrían determinar cómo reaccionaría un amigo ante una circunstancia relevante.

    Con Dios es algo muy parecido; podemos conocer su corazón, sus pensamientos, sus acciones, sus deseos para nosotros y su obstinado amor por una raza que intenta llegar a Él por sus propios medios (el ser humano).

    A continuación te presento  estos pasos que te llevarán a la  manera más sencilla y práctica de conocer a Dios. Te invito a tomar en cuenta que esto no se trata de una religión, sino de adoptar un estilo de vida   enfocado en lograr una relación personal con nuestro Creador.


    Veámos a continuación...

    Paso 1:  Una decisión que trajo un sin número de consecuencias (LA DESOBEDIENCIA DEL HOMBRE). 

    Génesis 2:16 Y mandó Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del jardín podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

    Génesis 3:6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

    Génesis 3:7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

    Génesis 3:8 Y oyeron la voz de Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Dios entre los árboles del huerto.

    Génesis 3:11-13 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me hizo comer del árbol, y yo comí. Entonces Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.

    Génesis 3:14-17 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.

    Génesis 3:18-19 Espinos y cardos te producirán, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.


    Paso 2: Reconocer el gran amor de Dios.

    Dios amó tanto al mundo, que no dudó en entregarle a su Hijo único, para que todo el que en él crea no perezca, sino que posea la vida eterna. (Juan 3:16).

    Y la vida consiste en que te conozcan a ti como único Dios verdadero, y a Jesucristo como tu enviado. (Juan 17:3).

    Como el padre me ama a mí, así los amo yo a ustedes. Permanezcan en mi amor. (Juan 15:19).

    Paso 3: Admitir  la ayuda.

    La causa de esta condenación está en que, la luz quiso venir al mundo, pero los seres humanos prefirieron más las tinieblas que a la luz, pues su conducta era mala. (Juan 3:19).

    Por eso les he dicho que morirán en sus pecados. Porque si no creen que “yo soy”, morirán en sus pecados. (Juan 8:24).

    El que cree en el Hijo no será condenado; en cambio, el que no cree en él, ya está condenado por no haber creído en el Hijo único de Dios. (Juan 3:18) .

    Paso 4: Conocer la Verdad

    "y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres." (Juan 8:32).

    Paso 5: Aceptar que  Jesucristo es el Único Salvador.

    Al día siguiente, vio Juan que se acercaba Jesús a él, dijo:
    “Ahí tienen ustedes al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. (Juan1:29).

    Jesús le dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida.
    Nadie puede llegar hasta el Padre si no es por mí”. (Juan14:6).

    El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no cree en él,
    no experimentará esa vida, sino que está bajo el peso de la ira de Dios. (Juan 3:36).

    Paso 6: Invita a Jesús para que reine en tu vida



    He aquí, yo estoy a la puerta y llamo;
    si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. (Apocalipsis 3:20)

    Paso 7:  De ahora en adelante puedes hablar con Dios y ser escuchado.

    Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. (Juan 14:13)

    Paso 8: Sentido de pertenencia a la familia de Dios.

    El primer día de la semana, al anochecer, estaban reunidos los discípulos en una casa, con las puertas bien cerradas por miedo a los judíos.

    Se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo:
    La paz esté con ustedes”. Dicho esto les enseñó sus manos y costado.
    Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. (Juan 20:19-20).

    Yo soy la vid; ustedes los pámpanos. El que permanece unido a mí, como yo estoy unido a él, produce mucho fruto, porque separados de mí, ustedes nada pueden hacer. (Juan 15:5).

    Paso 9: Una nueva criatura.

    De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
    viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17)

    Cuando se observa este pasaje se puede determinar que lo realizado por Jesús en nuestras vidas es de suma trascendencia. No se trata de haber hecho un arreglo en nuestro corazón. No fue una reparación de último momento. Se trata de algo totalmente nuevo que nos fue otorgado

    El regalo brindado por Jesús a nuestras vidas no consistió únicamente en el pasaporte visado al cielo, sino en un nuevo corazón, una nueva naturaleza que nos permite ahora disfrutar en esta vida de los beneficios de ser agradable a Dios en todo lo que hacemos. Nuestra vida en armonía con Dios está limitada a una vida agradable a Él. 

    En repetidas ocasiones se nos hace ver que sólo en santidad podremos tener comunión con él. Sin embargo, es tal el interés que Dios tiene por intimar con nosotros que se ha encargado por su propia cuenta de hacer lo necesario para proveernos de la capacidad de vivir conforme a su voluntad.

    Observe lo dicho por él en el libro de Ezequiel 36:26-27. Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas.

    ¿No le parece maravilloso?...



    Dios se encarga de hacer lo que nosotros somos incapaces de lograr. Por muy buenas intenciones y deseos que cualquiera pudiera manifestar por vivir en los planes y voluntad de Él, somos incapaces de hacerlo por nuestros propios méritos.

    Nuestra naturaleza original está enfocada al mal, inclinada hacia el pecado y orientada a la desobediencia.

    Es por ello que se hace necesario que en nuestra vida sea depositada una nueva naturaleza, una naturaleza que tenga no solamente la intención sino la capacidad suficiente para vivir en los planes de Dios, no solamente en el cumplimiento de los estatutos sino en el desarrollo completo de nuestro potencial. Esa fue la obra realizada por Jesucristo:

    Otorgarnos ese nuevo corazón, brindarnos gratuitamente el regalo de la nueva naturaleza que ahora nos permite vivir en armonía con DIOS. El entendimiento y reafirmación en nuestro corazón de esta verdad es indispensable para que podamos comprender que nuestra identidad no está regida en base a lo que nuestro pasado ha realizado, sino en base a lo que Jesús ha hecho en la Cruz y que ahora nos ha otorgado para poderlo vivir.

    Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de donde viene, ni a donde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Juan 3:3-8.

    ¿HAS Nacido de NUEVO?



    "De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto." (Juan12:24)

    "Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento..." (Lucas 3:8)

    "De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos." (Mateo 18:3)

    De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." (2 Corintios 5:17)

    "Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación." (Gálatas 6:15)

    No te Maravilles si te digo: Tienes que Nacer de Nuevo!!!



    "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo no puede ver el reino de Dios." (Juan 3:3)
    Con estas palabras confrontó Jesús a Nicodemo, un maestro de Israel, fariseo, principal entre los judíos. Este poseía un vasto conocimiento sobre la ley, pero... ignoraba lo más importante, aquello de lo que dependía la salvación eterna para su alma... y al escuchar sobre esto, se maravilló de que no lo pudiera entender.

    "Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio." (1 Corintios 3:18)

    Le plació al Padre Celestial esconder estas cosas de los sabios y de los entendidos y revelarla a los niños y a aquellos que con mansedumbre y humildad se acerquen a Él. Llamó Jesús a un niño y lo puso en medio de sus discípulos y dijo:

    "De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mateo 18:2-3)

    Se preguntaba Nicodemo: ¿Cómo es posible que un hombre siendo viejo pueda volver a nacer? ¿Podrá entrar por segunda vez al vientre de su madre? El intelecto de este hombre estaba en una confusión total por tratar inútilmente de razonar con su mente carnal una enseñanza espiritual. Jamás lo iba a poder lograr.   ¿Sabes por qué?

    El hombre natural no puede percibir las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, pues solo se pueden discernir espiritualmente. (1 Corintios.2:14)

    "Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es." (Juan 3:6)

    Debes de ser engendrado por la palabra y nacer a la luz por el poder del Espíritu Santo de Dios. Hace ___ años que naciste físicamente de tus padres terrenales, ahora debes de nacer espiritualmente de Dios, el Padre Celestial, si es que deseas vivir junto a Él por toda la eternidad. Nacemos de Dios por la palabra de verdad, creyendo al Evangelio de la salvación. Solo los que reciben a Jesús en su corazón, los que creen en su nombre, pueden ser hechos hijos de Dios, engendrados, no de sangre ni de carne, sino de Dios. (Juan 1:12-13)

    El resultado de esta regeneración: un corazón nuevo, una mente nueva, y un espíritu nuevo… una criatura nueva creada según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Todo el que nace de nuevo pasa:

    1. De la muerte a la vida
    2. De las tinieblas a la luz
    3. De la mentira a la verdad
    4. De la esclavitud a la libertad
    5. De la potestad de Satanás a hijo(a) de Dios


    "De modo que si alguno está en Cristo nueva criatura es;
    las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." (2 Corintios 5:17)

    El que ha nacido de nuevo no tiene la menor duda de que es salvo. Podrá ser perseguido, calumniado, malentendido, maltratado, humillado, avergonzado, ridiculizado, etc. por ser fiel a su Dios, pero nadie, absolutamente nadie, podrá en manera alguna, despojarle de la experiencia vivida con el Admirable y Todopoderoso Dios. Esta vivencia guardada en lo más profundo de su ser, dando de día en día los frutos propios y característicos de todo aquel que anda en novedad de vida, le da la convicción y le garantiza ciertamente que pasará toda la eternidad junto a su Dios, el Dueño de su alma, y Amigo más fiel. 

    Yo hago nuevas todas las cosas. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, Yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida." (Apocalipsis 21:5-6)

    ¿Has vivido la experiencia de la salvación, o no has reconocido aún que tu vida necesita un cambio? ¿Te gustaría nacer de nuevo y convertirte en una nueva criatura? ¿Deseas darle tu corazón a Cristo y comenzar una " Vida Nueva"?

    "He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación."
    (2Corintios 6:2)

    Al salir Adán de la presencia de Dios, por causa del pecado, se estableció una separación entre él y su Creador. Desde ese mismo instante, la naturaleza del hombre se convirtió en una naturaleza  pecaminosa. Es la herencia que dejó a toda la humanidad. Efectivamente, desde ese momento en adelante, el hombre en su naturaleza caída, se dio a la tarea de vivir una vida separada de Dios. Después de varios pactos de Dios con el hombre tratando de acercarlo nuevamente a Él, se realizó el pacto eterno por medio de la sangre de su Hijo Jesucristo. Dios, tomando forma de hombre vino a este mundo a reconciliar al  hombre consigo mismo.

    Cuando el hombre reconoce que es pecador y se arrepiente de corazón de todos sus pecados, y cree en su corazón que Jesucristo es el único que puede salvarlo de su miserable condición, se establece, por medio de Jesucristo, la reconciliación con Dios.

    JESUS vino a hacer la paz entre el hombre y Dios.

    En ese momento nace de nuevo en el Espíritu. Su corazón y su mente, su manera de expresarse, y su estilo de vida cambia. Comienzan a manifestarse los frutos dignos de arrepentimiento. Es la experiencia del nuevo nacimiento, la cual es necesaria, vital y fundamental para toda la humanidad llegar al Reino de los cielos.

    Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. (Romanos3:23)

    E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, creído en el mundo, Recibido arriba en gloria. (1 Timoteo 3:16)

    Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. (Romanos. 5:12)

    Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. (Romanos3:10-12)

    Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. (Romanos 5:18)

    Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. (Romanos 5:1)

    Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)

    Si confesares con tu boca que JESUS es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10:9-10)

    De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17)

    Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación. Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

    Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo. (2 Corintios 5:18-20)