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     Nuestra posición delante de Dios



    • Somos creación de Dios. Génesis 2: 7, 21-22. 

    Por tradición hemos oído decir siempre que todos somos hijos de Dios, pero es necesario aclarar que no todos somos hijos de Dios, sino creación de Dios. Aunque el siguiente razonamiento parezca débil, sirve como un buen símil para explicarlo. Si un perro tiene un hijo, éste aunque este ligado con otra raza seguirá siendo un perro, lo mismo será para un camello o cualquier otra especie animal., de igual manera Dios si tiene un hijo éste tendrá que ser igual a él, con sus atributos, poder y grandeza, lo cual estamos claros no se cumple en nosotros. La Biblia dice que el Unigénito de Dios es Jesucristo. Unigénito significa único hijo y por lo mismo de una manera natural Jesús tiene todos los atributos de su Padre Celestial.

    • Estamos separados de Dios por el pecado.  Rom. 3: 22-23 /1 Tim. 2:5

     En todos nosotros siempre hay cosas que sin una explicación racional rechazamos o aborrecemos, una comida, algún olor o fragancia. Este rechazo es muchas veces más fuerte que nosotros, aún a pesar de cualquier intento que hagamos para superarlo. De una manera parecida, Dios no puede compartir con el pecado, pues su naturaleza tres veces santa rechaza en su presencia todo pecado y hay un profundo disgusto de él hacia todos los pecadores, por lo cual es necesario que haya un intermediario que nos reconcilie con Dios y es Jesucristo.


    • El hombre natural no entiende las cosas de Dios. 1 Cor 2:13-16 / 2 Cor 4:4

     El hombre normalmente no puede entender las cosas de Dios porque éstas se tienen que comprender espiritualmente y, el hombre natural tiene el sentido espiritual entenebrecido a causa del pecado y de la ruptura de la comunión con el Señor.

    • Dios no oye la oración de los pecadores. Juan 9:31

     Como ya hemos explicado, estamos separados de Dios por causa del pecado. Es una barrera infranqueable por nosotros. mismos y las oraciones de un hombre manchado por el pecado, con un corazón no arrepentido que cree que por si mismo puede llegar a un sitio como el tercer cielo perfecto e inmaculado y ser oído, es una abominación para Dios. El Señor ha establecido una línea de comunicación con él, Jesús.

    •  La paga del pecado es la muerte. Romanos 6:23 / 1 Tesalonicenses 5:9-10  


    Esta ley establecida por Dios, tiene que ser cumplida pues él no la invalidará para favorecer a nadie, así que todos los que hemos pecado estamos condenados a muerte por causa de los pecados y, solamente aceptando el sacrificio de Jesucristo en el Calvario, podremos ser salvos, en ese momento se satisface la justicia de Dios y somos inscritos en el libro de aquellos que Jesucristo sustituyó muriendo en su lugar, lo cual satisface esta ley ya que hubo una muerte por nuestro pecado, la de Jesús, y es solamente por eso que podemos ser salvos.

    • Necesitamos reconciliarnos con Dios. 2 Corintios 5:18-21 


    Lo cual como hemos visto no podemos hacer por nosotros mismos, sino a través de Jesús que ha sido constituido por el Señor, el Único mediador para la reconciliación con él. 

    •  Por él seremos de la familia de Dios. Efesios 2:14-22


     Al obedecer a Dios y aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador, él nos acoge en el seno de su familia y ya no seremos más extraños ni advenedizos, sino que seremos conocidos en el cielo y los ángeles de Dios nos protegerán y un día lo veremos cara a cara y nos abrirá las puertas del reino de los cielos.

    • En Cristo somos hechos hijos de Dios. Juan 1:12 / Gálatas 4:4-7


     Nosotros somos creación de Dios, él nos hizo con sus manos. Ningún artífice que haga escultura de arcilla para una exposición dirá luego que es su hija y la cuidará como tal. Ahora bien, Dios nos da la oportunidad de ser adoptados a través de Jesucristo y de esta manera y solamente de esta manera, llegar a ser hijos de Dios y formar parte de la familia de Dios por adopción. En este momento clave donde ha llegado nuestro estudio, te invito a aceptar a Jesucristo como tu Salvador personal para que obtengas para ti, todas estas cosas maravillosas de las que hemos estado hablando. Allí mismo donde estés, inclina tu rostro y dile a Dios las siguientes palabras: “Señor, en este momento vengo delante de tu presencia en el nombre de Jesucristo para decirte que, acepto a tu hijo Jesucristo como mi único y suficiente Salvador, lávame en la sangre que él derramó en el Calvario y límpiame de todos mis pecados, también Señor anota mi nombre en el libro de la vida y ayúdame Señor a serte fiel el resto de mi vida. De igual manera Padre, envía de ahora en adelante a tus ángeles para que me protejan de todo mal. Amén”.






    ¡Gloria a Dios! Has tomado la más importante decisión que podías tomar en toda tu vida y ahora eres hijo de Dios!!





    Recuerda esto: existe un enemigo espiritual llamado satanás, que te hará sentir menos incluso, delante de Dios. Tratará de colocar pensamientos como para hacerte sentir culpable e inmerecedor de ser quien ahora eres. Usualmente utiliza a otras personas para recordarte tu pasado, pero no olvides que en Cristo eres una nueva criatura.